Después de nunca

Ayer fue el fin del mundo.

Me pilló desprevenido, pero tampoco me sorprendió demasiado. A decir verdad, no fue nada espectacular. Ni siquiera hay una luz blanca al final que deslumbre ni atraiga, sólo cierta inquietud; un no sé qué tufo a engaño, a timo. Reconocerme ingenuo, un "¿esto era todo?" y la queja en la lengua: devuélvanme el dinero, que quiero probar suerte en otro lado.

Pero a ver si todavía sigue algo abierto.

Como no, ya volveré a pedir el libro de reclamaciones.



(Cerrado por vacaciones.)

8 comentarios:

Truchimana dijo...

Si ayer fue el fin del mundo y aún sigues vivo significa que hoy es el principio de otro mundo. A veces es necesario empezar de cero.

Ladrón de mandarinas dijo...

Esa es la idea.

Ahora sólo falta encontrar el camino de nuevo.

Truchimana dijo...

Pues suerte en tu búsqueda, aunque supongo que ya sabrás que en estos caso el camino es la búsqueda en sí.

Leyla dijo...

También puedes suicidarte, pero sí, yo también creo que si sigues vivo significa que es el principio de otro mundo.

De todas formas, el mundo en el que vivíamos no era muy acogedor, así que seguro que tu nuevo mundo es mucho más agradable;)

Anónimo dijo...

¿Donde andas? brld pa ti! mua.

Enrojecerse dijo...

el fin del mundo tiene que ser fantástico. ojalá pudieramos estar todos.

Literatura Nova dijo...

Irénicus... ¿te animarías a participar en una nueva red social de literatura? Nos encantaría que publicases ahí tus textos y la gente pudiese leerte, comentarte, seguirte... tus textos se lo merecen. Si te gusta pincha sobre nuestro nombre o entra en la página web de Literatura Nova ¿vale? Mil gracias, esperamos verte pronto por LN! :)

Ladrón de mandarinas dijo...

Jo, qué guay.