El trabajo os hará libres

Mein vaterland bittet mich zu sterben

(La patria me pide morir.)


Estoy rodeado de gente. Quería mezclarme entre la multitud mientras escucho música, siguiendo el mismo camino que quienes salen de cualquier tienda. Suena un piano, más tarde se une un violín. Voy de arriba para abajo, recorriendo la misma calle en ambos sentidos. Se escucha un discurso motivador; las masas vitorean extasiadas. Alguien me pide mi colaboración con una ONG. Rechazo, pero no le digo que en la calle de al lado hay yonkis y prostitutas esperando su ayuda. Sigo caminando, a la par que el violín se mezcla con los gritos de una madre regañando a su hijo. El artista ambulante a quien el niño miraba continua intentando llamar la atención tristemente. La música va in crescendo, retratando una marcha triunfal hacia ninguna parte. Pierdo de vista al crío. La gente sigue su camino, impasible ante el payaso. Comienzan a sonar sirenas y bombas. Busco a alguien que se haya detenido, pero no hay nadie; todos parecen ir hacia alguna parte, tener un destino. Nadie se para si no es seducidos por un escaparate. Cada vez hay más ruido; las bombas suenan más fuertes, hay tiroteos y ya casi no se oyen los instrumentos. Es absurdo, pero me sorprende ser el único que tiene que taparse los oídos y cerrar los ojos para no vomitar. No sé qué hago aquí.

10 comentarios:

Anónimo dijo...

La otra noche, además de bombas, tiros, yonkis, críos y escaparates, se asomó a nuestra ciudad la luna llena más preciosa que jamás he visto. Tenía a su alrededor un arcoiris, en plan aura.

No tenía ni idea de que pudieran verse arcoiris de noche. Fue precioso contemplarla extasiada desde el primer escalón que encontré.

Tenía ganas de gritarles a todos ¡mirad, no lo veis o qué!. Pocas fueron las personas que siguieron mi mirada y mi entusiasmo. Y sólo vieron una luna llena más, como tantas, y a seguir mirando escaparates.

Es triste, sí, menos mal que nosotros no tenemos trabajo :P

Leyla dijo...

Sí, a mí también me gusta mucho el arcoiris (tampoco tenía ni idea que se podía ver de noche), no es que me deslumbren los escaparates y procuro darle importancia a las cosas más pequeñas (que los escaparates e incluso que el arcoiris), sin embargo (y creo que por eso)... Me he sentido un millón de veces así.

Por favor, si te vuelve a pasar, mira a tu alrededor, y búscame, probablemente tenga bolsas de plástico (las tengo para estos casos); te prestaría una con todo el gusto. Si no me ves, igualmente pregúntale a alguien, seguro que alguno lleva;)

¡Ay si supiésemos de todos los que sienten como nosotros!

huelladeperro dijo...

La máquina compulsiva-impulsiva de fabricar bienes/consumir bienes; gritar a los niños/discutir con la pareja; hacer el bien sin mirar a quién y en fin consumir mundo sin estar en él es un demonio que se posesiona de los seres humanos desde su más tierna infancia y que ya no los suelta hasta su muerte.
Un payaso, un pintor callejero o un músico pueden quizá sacarlos un par de segundos de ese estado obnubilado. Pero..
¿Qué payaso o qué pintor o qué músico está en permanencia fuera de ese estado?
Todos, la sociedad entera, alimentamos, infundimos vitalidad a ese monstruo que se nos come.
Estoy convencido de esto: al final de sus vidas, la mayoría de los seres humanos sólo han vivido de verdad algunos segundos. Los más, algunas horas, o quizá un par de días...

huelladeperro dijo...

Ehhsto...
Si andáis los tres por ahí, la vuestra me parece ya una ciudad acogedora....

Ladrón de mandarinas dijo...

Creo que lo que decís es el "halo lunar", que me parece precioso. El Sr. Google tiene imágenes si le preguntais con ese nombre. Se ve cuando hay nubes muy altas y frías, formando pequeños cristales de hielo que reflejan la luz.

El último del que tuve noticia fue hará un año, intenté fotografiarlo y tal pero no se veía desde mi barrio.


Y bueno, Huelladeperro: pues no sé, con Benedetina debe hacer un año que no me cruzo y a Leyla ni le reconocería la cara : p

Anónimo dijo...

Joe, con la de años que tengo ya y nunca había visto un halo lunar...

Si es que, como dice Huella de perro, desaprovechamos la vida ¿eh? y al final de ella sólo nos llevamos dos o tres momentitos felices de nada.

Por cierto, Huella de perro, la ciudad es muy acogedora, pero los que la habitamos quizá no lo seamos tanto. Creo que nos tenemos demasiados recelos, estamos demasiado ocupados en nosotros mismos, o puede que ese monstruo del que hablas haya secuestrado nuestra sociabilidad. Yo que se.

Leyla dijo...

Siempre tengo presente el cuento del buscador de Jorge Bucay, y siempre pienso que en mi tumba pondrá que morí con los años que tenga en ése momento. No todo en la vida son halos y momentos hollywoodienses, pero si aprendes a sacar provecho de todo lo que te pasa, de lo bueno y de lo malo, entonces habrás vivido siempre intensamente, que al final es de lo que se trata.

Cuando mi cuerpo se pudra y sólo quede yo en esencia, quiero haber aprendido todo lo posible de éste nuestro mundo, quiero ser consciente de que existe el ying y el yang, los polos opuestos, la belleza y la fealdad, el amor y el odio, la bondad y la maldad. Yo paso de cegarme pensando que esto es Sensación de Vivir.

Reflejar lo malo del mundo no es sólo pesimismo, es también coraje. Decir que el mundo es de color de rosa es fácil, atreverse a decir que a pesar de lo malo aún estamos aquí (porque queremos, ya que somos libres de irnos cuando queramos), eso es tener valor.

Me considero fuera de ése "plural de modestia" que utilizáis al decir que desaprovechamos la vida.

Anónimo dijo...

Me ha gustado lo que has dicho, Leyla. Tienes mucha razón. Yo me refería más bien a desaprovechar la vida por gastarla en tonterías como trabajar 9 horas al día, complicarla por gusto, pasar el escasísimo tiempo libre viendo la tele o basando el bienestar en absurdeces. Pero estoy contigo, hasta así se puede ser feliz. Como dice Luisma de Aída... doy fe :P

Leyla dijo...

Sí, supongo que al final todos los que estamos aquí tenemos un sentimiento común. Será por eso que venimos a menudo a por nuestra dosis de migas;)

Ladrón de mandarinas dijo...

Yo de mayor quiero ser uno de esos señores conscientes de los que hablais... Pero que sea de esos que ven belleza a su alrededor, no como los pesimistas que dicen ser realistas...

Ay.

Creo sinceramente que está muy bien querer disfrutar de la vida sin necesidad de historias peliculeras, sin confundir Hollywood con la felicidad... Pero también hay a quien su día a día le sabe a poco. Ya sea por ceguera o anhedonia. La cuestión es que a algunos estos consejos del tipo "disfruta del día a día" no les valen para nada. Ya sea ese "día a día" algún pequeño detalle como comer tu plato favorito, un beso o directamente saber disfrutar de lo que tienes. Aunque quisieran poder hacerlo, como el niño pequeño que desea poder creer en Dios, pero no es tan fácil como dice Coelho.